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Foto del escritorAlejandro Ramírez

¿La “bareta” podría salvar la economía de Colombia?

Actualizado: 30 oct 2021

Hablar de marihuana debe hacerse sin ningún tabú. Ya no se puede referir al cannabis como una “droga de inicio” hacia otros alucinógenos más fuertes, porque muchos estudios han demostrado que la gran mayoría de consumidores de marihuana, difícilmente optan por consumir sustancias más fuertes que esta. Y, aparte de los probados beneficios médicos de la planta, hoy en día, la marihuana recreacional es un negocio grande y lucrativo en Estados Unidos y Canadá, que representa anualmente más de 6 mil millones de dólares y tiene una proyección de aquí a cinco años de crecer exponencialmente hacia los 50 mil millones de dólares. En México, que se acerca a legalizar la marihuana recreacional, prevé volverlo un negocio de 2 mil millones de dólares, con el potencial de generar 75.000 nuevos empleos. Mientras, en Colombia, la industria del cannabis encuentra cada vez más trabas para llevar el sector a flote (como la expresada en esta carta del gremio de la industria del cannabis en Colombia), mientras que el narcotráfico le cobra cada día más muertos al país.


El Marijuana Index mide el rendimiento en bolsa de valores de las principales empresas públicas de Estados Unidos y Canadá dedicadas al negocio del cannabis. El negocio venía en subidas y bajadas desde hace varios años, principalmente por la definición del marco legal canadiense para la libre venta de cannabis. Pero, la pandemia disparó las ventas alrededor de un 50 % al mes en ambos países, por lo que el índice, que venia en un precio alrededor de 50 USD, comienza el 2021 en un precio promedio de 200 USD. Para el 2021, los inversionistas son muy optimistas en esta industria, principalmente porque el cannabidiol (CBD), uno de los principales componentes de la marihuana, ya no está considerado como un narcótico en la Unión Europea.

El Marijuana Index mide el rendimiento en bolsa de valores de las principales empresas públicas de Estados Unidos y Canadá dedicadas al negocio del cannabis o la "bareta"

Hablar de marihuana no es sólo hablar de la mata que se compra por peso y se fuma en un papel o en una pipa. El segmento de los productos que contienen CBD (alimentos, medicinas, entre otros), están ocupando un nicho de mercado muy importante en todo el retail de Estados Unidos, siendo un negocio de 1,9 mil millones de USD, y con una proyección a tres años de llegar a ser un negocio de 20 mil millones de USD. Las razones de los consumidores para optar por estos productos son varias, pero es principalmente el hecho de que, al ser un producto natural y orgánico, se sienten más saludables y con un rol más relevante en la disminución de la huella de carbono.


En Colombia, no hay estudios recientes del número de consumidores de marihuana, el último informe del Observatorio de Drogas en Colombia y Naciones Unidas contra la Droga y el Delito del 2013 habla de alrededor de 762.791 consumidores en Colombia, concentrados en su mayoría en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

En Colombia, no hay estudios recientes del número de consumidores de marihuana, el último informe del Observatorio de Drogas en Colombia y Naciones Unidas contra la Droga y el Delito del 2013 habla de alrededor de 762.791 consumidores en Colombia de bareta

Ahora, no hay un estudio claro de precios ni de consumo en Colombia, pero, el estudio de 2018 del Cannabis Price Index de Alemania, que extrapola los resultados del Reporte Global de Drogas de Naciones Unidas, muestra en Colombia un consumo de 14,5 toneladas de marihuana anuales, a un precio promedio de 2,2 USD el gramo. Suponiendo que Colombia legalizara el uso de marihuana en todos sus usos, tan sólo en un año, tendría una industria de cannabis de 90 mil millones de pesos (0,05 % del PIB). Si esta industria se gravara sólo con el IVA, serían 17 mil millones de pesos en impuestos para el Estado. Con esfuerzos de largo aliento para fomentar las exportaciones de marihuana a Norteamérica y Europa, tendría potencial de volverse una industria muy sólida en el país.

el estudio de 2018 del Cannabis Price Index de Alemania, que extrapola los resultados del Reporte Global de Drogas de Naciones Unidas, muestra en Colombia un consumo de 14,5 toneladas de marihuana anuales, a un precio promedio de 2,2 USD el gramo de bareta

¿Por qué no arranca en forma la legalización de la marihuana en todos sus usos en Colombia? En el papel, la dosis personal es legal en Colombia, pero existen muchas contradicciones en la ley para certificar su uso, incluyendo el Decreto 1844 de 2018, que pone en un limbo jurídico a los consumidores recreacionales, y esto, asumiendo que la Policía se acoja a la ley en el caso de encontrar a una persona en posesión de la dosis mínima. Hay varios argumentos por los que no avanza en forma el camino de la legalización, uno de ellos es el relacionado con la sensibilización cruzada, explicado al comienzo de esta entrada.


Pero, el más fuerte es quizá el relacionado con truncar el desarrollo de la personalidad de niños y jóvenes que, según los legisladores más conservadores del tema en Colombia, al tener, en teoría, libre acceso a comprar marihuana en un establecimiento legal, se puede incitar un comportamiento de consumo en niños y jóvenes. En Colombia, cada vez que se quiere cerrar de tajo un tema sin una base jurídica y científica sólida, se opta por involucrar a los niños y jóvenes en el asunto. Pasó con la mentira de la ideología de género, supuestamente incluida en el acuerdo de paz de La Habana, y que le costó al país la pérdida del plebiscito del 2016, pasó también con el desastre del populismo punitivo en la cadena perpetua a los delitos de homicidio y acceso carnal a menores, y pasa con la legalización de la marihuana.


El asunto queda reducido a una satanización del consumo de marihuana por parte de las clases sociales que desean conservar el statu quo en el país, asumiendo que una legalización no tendría un estricto control estatal a lo largo de toda la cadena de valor, lo que sería el acabose a la convivencia de la gente de bien en el país. Gracias a ese argumento tan conservador, nos estamos privando de una industria gigante, que tiene la capacidad de diversificar la economía colombiana y salvarla del desastre en el que se encuentra gracias a la gastada locomotora minero-energética y el poco fomento a otros sectores estratégicos. El asunto de la legalización aún tiene muchos matices y discusiones por tener, ojalá exista voluntad política y social para lograrlo, junto con argumentos sólidos que no desconozcan a la ciencia. Como conclusión de mi parte, les dejo esta frase del mejor magistrado que ha tenido la Corte Constitucional, Carlos Gaviria Díaz, en la sentencia C-239 de 1997, que legaliza la eutanasia en Colombia:


“Quien vive como obligatoria una conducta, en función de sus creencias religiosas o morales, no puede pretender que ella se haga coercitivamente exigible a todos; sólo que a él se le permita vivir su vida moral plena y actuar en función de ella sin interferencias “

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